La mayor parte de los ingresos de Puerto Vallarta provienen del turismo, sin embargo, varias de sus empresas permanecieron cerradas como consecuencia del distanciamiento social que ha obligado el Covid-19 y que aún seguimos viviendo, tal como ocurre en muchas partes del mundo. Como consecuencia, demasiada gente perdió su empleo, afectando a la mayoría de la sociedad.

El pasado mes de julio, en Puerto Vallarta se anunció la reapertura -todos los días de las semana- de giros comerciales como cines, bares, restaurantes, gimnasios y plazas comerciales, así como ciertos giros de spa, hoteles e incluso las playas.

La medida reactivó el turismo de nuestra ciudad y trajo la recontratación de personal para brindar el mejor servicio en los giros comerciales, aunque también provocó que se “disfrazaran” los bares de “antros”, los hoteles dejaron de respetar su capacidad máxima a 25%, han imperado los restaurantes con capacidad rebasada, y demás cuestiones donde en mi opinión, se pone en riesgo a todos los ciudadanos.

Lamentablemente, día a día seguimos observando la irresponsabilidad de la población, haciendo “como si nada hubiera pasado” y viviendo normalmente, bajo una cultura de descuido, sin respetar las medidas recomendadas, como si no tuviéramos severos problemas de salud pública.

Al terminar la temporada de turismo en nuestra ciudad, yo me pregunto, ¿cómo viviremos después de las irresponsabilidades que se han estado llevando a cabo estos meses? ¿Habrá generado el turismo más beneficios que perjuicios a nuestra sociedad? Es un dilema que aún no puedo resolver, pero que sin duda estaremos viendo a corto plazo, y que claramente espero no tenga afectaciones mayores a las que ya hemos vivido, les dejo esta pregunta: ¿qué piensan ustedes?

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