Una de cada 200 mil mujeres contratadas llega a ser tomadora de decisiones, al integrar el comité ejecutivo de una empresa mexicana, en contraste con los hombres que por cada 2 mil 300 contrataciones uno de ellos será parte de un comité de este tipo, esta importante brecha de género la señala la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del 2019.

Justamente es en este órgano, en el que se definen estrategias y crean políticas para la mejora de las empresas, donde se detecta una de las brechas de género más marcada en cuanto a puestos de alta dirección se refiere: sólo 10% de las mujeres lo integran.

El dato anterior contrasta con la participación laboral similar de hombres y mujeres en cuanto a número de empleos y nos permite inferir que entre más alto sea el cargo en una empresa, la brecha de género será mayor. Retomando el caso del comité ejecutivo de las empresas, la proporción es: por cada mujer que llega a este puesto, al menos 88 hombres lo harán.

Sobre la subrepresentación de las mujeres en todos los niveles de la jerarquía corporativa, se puede tomar como referencia el estudio Women Matter de 2018, elaborado por Mckinsey México. En el documento se señala que las mujeres ocupan el 34.7% de los puestos de alta dirección, mientras la brecha se ensancha en el caso de directoras, quienes apenas son el 25%, y en el caso de los CEO´s, la presencia femenina se reduce sólo 8%. 

En cuanto a los salarios también existe una diferencia significativa de género cuando el puesto es el mismo y las actividades que desempeñan lo son también. Según la ENOE del 2019, una mujer que es profesionista, técnica o trabajadora del arte gana 15% menos que un hombre. La brecha salarial se hace más notoria en el caso del comité ejecutivo, el salario para el género  femenino es 22% menor.

Si bien el mayor imperativo para cerrar estas brechas laborales de género es la justicia social, es importante señalar que existen beneficios macroeconómicos: Según Women Matter de 2018 presenta la oportunidad de agregar 70% al PIB de México.

Además, el mismo estudio señala repercusiones microeconómicas positivas para las empresas con una mayor representación de mujeres en niveles directivos: Tienen 28% más valor económico agregado (EVA) y un margen de ganancias (EBIT) 55% superior; así como un retorno sobre el capital (ROE) 47% mayor.

Por lo anterior es importante construir una cultura empresarial que permita identificar y promover al personal más calificado, independientemente de su género, para que tengan igualdad de oportunidades en el acceso a puestos de alta dirección.

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