El mundo se está adaptando rápido a muchas circunstancias nuevas derivadas de las crisis mundiales sanitarias y económicas, así como a muchas otras de corte político y social. El proceso electoral de nuestro vecino del norte nos obligó a estar atentos a sus eventos y resultados, pues el impacto en México siempre será una reacción en cadena para nosotros los ciudadanos. Tenemos muchas oportunidades enfrente de nosotros.

Situaciones evidentes que están reacondicionando la relación comercial de Estados Unidos y China, aunado con la entrada en vigor del T-MEC, hacen que la frontera norte mexicana cobre especial relevancia para potencializar el auge económico mexicano, y muy enfocado en dicha región del país, aunque no exclusivamente ahí.

Es un hecho que el T- MEC reconoce a México como actor relevante en el sector primario, principalmente en agricultura, pero también como maquilador, y es ahí donde la franja norte de México cobra especial preponderancia: mucho espacio físico, la cercanía con Estados Unidos, mano de obra de altísimo nivel y a bajo costo, mucha demanda de empleo -tanto obrero como altamente especializado, derivado de la gran cantidad de universidades y el gran talento mexicano- entre otros factores.

México ha decidido tener costos de seguridad social más altos en esa zona, principalmente enfocado en inhibir la alta rotación de empleados en las empresas, además tiene un impuesto al valor agregado diferente, lo cual también inhibe a los “outsourcings” del estilo explotador de trabajadores, aspecto que debe de influir en lograr empleos más estables en la región.

La alta migración de personas pretendiendo ingresar a Estados Unidos implica muchísima demanda de empleo, que si bien de inicio el propio empleado lo visualiza como temporal en tanto logra cruzar la frontera, con el entorno ya mencionado, es muy probable que muchos de ellos decidan conservar su empleo, el cual debería ser más competitivo y estable.

El T-MEC también implica mucha supervisión de las autoridades mexicanas en cuanto al cumplimiento normativo en las empresas, aunado a los condicionamientos laborales del propio tratado y a los “agregados laborales”, que implican una sistemática y rígida supervisión hacia México en el cumplimiento de los requisitos laborales del propio tratado.

En conclusión, vemos inminente el desarrollo económico exponencial de la zona fronteriza norte mexicana, con alta necesidad de insumos y servicios para esas empresas, que fundamentalmente llevarán a cabo maquila de productos, pues México está generando un entorno empresarial y laboral mejor que el histórico tradicional en la zona, así que formemos parte de dicha “ola económica” que ya se está formando, que ya es visible y que debería generar una gran derrama económica, fuerte y sostenida, pues empresas generadoras de empleo constante y digno producirán muchas necesidades conexas, desde temas de inmobiliarios, urbanos, necesidad de consumibles y proveedurías constantes, de servicios periféricos tales como los jurídicos, contables, de recursos humanos y organizacional, etc.

Tenemos enfrente esta gran oportunidad, tomemos la ola de forma adecuada y exponenciemos nuestras propias empresas en la franja norte del país, la inversión está llegando a México.

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